Tengo casi 50 años, los últimos 11 años y poco más los he pasado en Tenerife, la tierra que me dio acogida desde de mi «huida» forzada de Venezuela (después de dos asaltos con pistola no había mucho incentivo en quedarme). Vine a esta tierra a empezar de cero y no era la primera vez que lo hacía, siempre con la idea de tener equilibrio y ahora caigo en cuenta que mi equilibrio depende del cambio y no de permanecer quieto. Empezar de cero, emprender, se ha convertido en mi forma de vivir.
Empecé apenas salia de la universidad y llevaba dos años trabajando en una reconocida agencia publicitaria, donde entré como operador de telemarketing y 4 años después era Director del área. Pensando en que mi carrera no estaba siendo valorada como yo pensaba (después me di cuenta que estaba errado) decidí empezar como autónomo en Marketing Directo y ¡que cosas!, mi primer cliente fue la agencia donde trabajaba, ellos valoraban mi trabajo sin yo darme cuenta.
En resumen, después de ese inicio, en diez años estuve en dos agencias de publicidad reconocidas, trabajé en la mayor cervecera de Venezuela y en una contratista de la estatal petrolera antes de venir a Tenerife. A pesar de ser empresas de buen nivel, nunca estaba convencido de estar en el sitio correcto. Al llegar a esta isla hice un cambio de paradigma (lo que ahora llamamos reinventarse) y me dediqué a la hostelería y restauración. Después de 6 años, decidí volver al marketing, pero ahora en el ámbito 2.0 y con énfasis en Social Media (a pesar de algunas desventuras que me han forzado a bajar el ritmo).
Ahora caigo en cuenta que mi equilibrio depende del cambio y no de permanecer quieto. Empezar de cero, emprender, se ha convertido en mi forma de vivir. Clic para tuitear
Soy un emprendedor sin excusas
¿Que quiero decir con esto? ¿Qué es lo que marca la diferencia entre el que se pone excusas y el que se pone a dar pasos? La diferencia está en lo que haces con lo que te pasa. Leí hace poco un artículo de Vanessa Carreño que me inspiró a escribir este post. De allí extraigo lo siguiente:
Todos nos ponemos o nos hemos puesto alguna vez excusas, he querido recopilar las diez más comunes. Habrá muchas otras, pero lo más importante no es que estén aquí, sino que sepas identificarlas cuando (te) las oigas:
“Yo es que no puedo, mira mi situación”. Si otros han podido tú puedes. Esa es la mejor prueba. Hay millones de ejemplos. Te pongo uno: Pablo Pineda, el primer español con síndrome de Down que terminó una carrera y que después protagonizó una película y ganó la Concha de Plata al mejor actor.
“Es que lo que yo quiero es imposible”. ¿Cómo lo sabes? ¿Qué has hecho hasta ahora por conseguirlo? Empieza por creer que es posible porque si no nunca te moverás del sitio (recuerda lo mucho que nos limitan nuestras creencias).
“Ahora no es el momento”. O lo que es lo mismo, “ahora no me motiva lo suficiente”. En mi opinión quien se dice eso nunca encontrará el momento. Porque el momento lo creas tú.
“Uy, ¡ahora con la crisis es una locura!”. Hay muchos casos de gente triunfando a pesar de la crisis. ¿Por qué siempre decimos que la culpa es de la crisis y en cambio, cuando nos va bien, decimos que el mérito es nuestro y no debido a la bonanza económica?
“Es que para eso hay que tener mucha suerte”. Creer que lo que te pase depende de la suerte es comodísimo. Te dices eso a ti mismo y así no tienes que hacer nada más que sentarte a esperar a que llegue la suerte. Los triunfadores (desde la definición de triunfo que cada uno elija) asumen la responsabilidad de sus actos, de sus fracasos y de sus logros. El resto le echan la culpa a la suerte (a la buena y a la mala).
“No depende de mí”. Todo depende de ti. No el cambio climático o la prima de riesgo, pero lo que forma parte de tu vida siempre depende de ti.
“No sé lo que podría pasar”. Eso seguro, no tienes una bola de cristal, ni tú, ni yo ni nadie. La incertidumbre, palabra que ya empieza a gustarme, es precisamente eso: no saber lo que va a pasar. Y eso es lo bueno, porque así puedes provocar que pase lo que tú quieras.
“¿Y si sale mal?”. Pues si sale mal al menos podrás decir que lo has intentado y tendrás un aprendizaje para volverlo a intentar. Todo lo que está en tu pasado es experiencia para tu futuro.
“Igual estoy mejor así”. A ésta no tengo nada que objetar. Si estás mejor así, puedes seguir feliz en tu zona de confort.
¿Qué es lo que marca la diferencia entre quien se pone excusas y quien se pone a dar pasos? La diferencia está en lo que haces con lo que te pasa. Clic para tuitear“Soy muy mayor”, “soy muy joven”, “es difícil”, “es arriesgado”, “no tengo tiempo”, “no sé como hacerlo”, “según están las cosas”… la lista podría ser interminable.
Espero que les haya servido en algo para reflexionar sobre sus perspectivas de vida.